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Al amanecer del 13 de abril de 1840 rompen fuego las baterías sitiadoras, al mando del Teniente Coronel de Artillería don Ramón de Salas y Hernandez contra el castillo turolense de Aliaga. Antes del mediodía estaba neutralizado el fuego de la artillería enemiga. Arruinado el primer recinto, los carlistas no cedieron. En la tarde del día 14 los artilleros ayudados por los Granaderos de la Reina bajaron a brazo las piezas por una cuesta escabrosa y rápida, bajo el fuego enemigo, colocándose en batería a unas cien varas de la fortaleza. Continuó el fuego nutrido, la resistencia se prolonga todo lo humanamente posible hasta el siguiente día. El día 15, a las cuatro de la tarde, los heroicos defensores Carlistas mandados por el comandante D. Francisco de Macarulla, se rindieron a discreción al General Leopoldo O’Donnell, al mando de las fuerzas Isabelinas, encargado de la conquista del Castillo.
El 31 de octubre de 1836, siendo comandante por la toma de Cantavieja (Teruel), dentro también de la primera Guerra Carlista, don Ramón de Salas y Hernandez ganó por su valor Cruz de 1ª clase de la Real y Militar Orden de San Fernando.
D. Ramón procedía de la Academia Militar de San Fernando (era un Gilito, el nombre popular que se daba a los alumnos de dicha Academia). Participó de en diversas acciones de la guerra contra el francés y en las carlistas. Fue escritor y tratadista. Murió de Mariscal de Campo con un destacado historial y múltiples condecoraciones.