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El 10 de diciembre se conmemora la entrega, en 1906, del premio Nobel en Medicina al doctor Santiago Ramón y Cajal, profesor de Histología y Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina en Madrid, en reconocimiento a su trabajo en la estructura del sistema nervioso.
Santiago Ramón y Cajal nació el 1 de mayo de 1852, en Petilla de Aragón, pequeño municipio de Navarra enclavado en la provincia de Zaragoza. Era de familia humilde, aunque su padre tras grandes sacrificios y con gran voluntad, consiguió el título de Doctor en Medicina que en cierto modo influyó en la posterior formación de su hijo Santiago.
Desde muy pequeño mostró un gran interés por el tema artístico, principalmente por la pintura y después por la literatura. Su carácter rebelde le llevó a tener que ejercer oficios de ayudante de barbero y zapatero obligado por su padre, en respuesta a su poco interés por los estudios en los primeros años de instituto.
Con el transcurrir del tiempo su interés fue cambiando y a los dieciséis años ya estaba matriculado en la facultad de medicina de Zaragoza donde su padre impartía clases de Anatomía Aplicada y con el que compartió sus primeras prácticas de disección.
Poco después de obtener el título, en 1873, aprobó la oposición de Sanidad Militar siendo destinado a Cuba donde participó en la guerra de la independencia. Allí contrajo el paludismo, enfermedad que consiguió superar no sin secuelas, lo que le valió la licencia absoluta y su regreso a la península en 1875.
De regreso, vuelve al estudio de la anatomía tras conseguir una plaza de ayudante interino en la facultad de medicina de Zaragoza, a la vez que empieza a preparar oposiciones a catedrático. En 1877 recibe su doctorado en Madrid y en 1879 obtiene el cargo de director de Museos Anatómicos de la facultad de Zaragoza. En 1883 obtiene la Cátedra de Anatomía en la Universidad de Valencia, donde permanece hasta 1887, cuando se traslada a Barcelona para ocupar la catedra de Histología Normal y Patológica, empezando aquí una brillante carrera investigadora que le conduciría a la obtención del Nobel. Entre 1892 y 1922 continua su labor en la Facultad de Medicina de Madrid.
A su jubilación, en reconocimiento a su meritoria carrera y a sus fabulosas aportaciones a la ciencia, se aprobó la construcción del Instituto Cajal en Madrid, donde continuó trabajando hasta su muerte, el 17 de octubre de 1934.
Las investigaciones de Ramón y Cajal sobre la estructura del cerebro y del sistema nervioso supusieron una revolución en su tiempo, al demostrar que estaban formados por células individuales llamadas neuronas. Su afición por la pintura y la utilización de las técnicas de coloración de Golgi, con quien compartió el premio Nobel, le sirvieron para ilustrar sus publicaciones y transmitir lo que veía a través del microscopio. Con este hallazgo dio paso a la neurociencia moderna, al ser el primero en describir los circuitos neuronales, base de la inteligencia artificial.