Busque en el archivo de publicaciones o dentro de este sitio web
El 21 de diciembre de 1870 se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid la zarzuela histórico-romancesca en tres actos y en verso: El molinero de Subiza, con libreto de Luis de Eguilaz y música de Cristóbal Oudrid. Al final del acto I incluía un número que lleva por título: Salve a dos voces.
Según Fernández de Latorre, dos años después de su estreno esta zarzuela se representó en un teatro de El Ferrol y los alumnos de la fragata Asturias, tras presenciarla, decidieron adoptar el número de la Salve para interpretarla después de la misa que se oficiaba en aquel buque escuela de la oficialidad. La noticia se propagó enseguida y la Salve se extendió pronto a toda la Armada.
Como suele ocurrir, el paso del tiempo dio lugar a la aparición de diversas versiones. Por ello, el Ministerio de Marina encargó al director músico Camilo Pérez Monllor un trabajo de investigación sobre los cantos de la Armada, que llevó, entre otras cosas, a que el director músico de la Escuela Naval, Jesús Montalbán Vizcón, realizase una revisión e instrumentación de la Salve con letra adaptada por Mariano Méndez Vigo. La nueva versión se declaró reglamentaria por Orden Ministerial de fecha 16/11/1942 (DO 255, de 18/11/1942):
La salve que se cantaba en la fragata Asturias, y hoy en la Escuela Naval y buques, con el transcurso del tiempo ha ido modificándose insensiblemente, dando lugar a diferentes versiones y falta de unidad de interpretación.
Propuesta por el Director del Museo Naval una nueva partitura, arreglo de la anterior, se declara reglamentaria para los buques y dependencias dicha partitura, así como la instrumentación, realizada por el Director de la Banda de la Escuela Naval. Una vez editada la nueva partitura, será repartida a los buques y dependencias.
La Salve marinera, junto a la Oración de la noche de la Marina Española, representa lo más valioso de la música religiosa de nuestra Armada.