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El 28 de diciembre se conmemora el nacimiento, en 1852, de Leonardo Torres Quevedo, en Santa Cruz de Iguña (Cantabria).
Hasta finalizar el bachillerato residió en Bilbao junto con su familia, aunque por razones de viajes de su padre, ingeniero de caminos que trabajaba en ferrocarriles, pasaba grandes temporadas en su tierra natal. Completó sus estudios de bachillerato con una estancia de dos años en Paris, durante los años 1868 y 1869.
En 1870 se traslada a Madrid junto con su familia. Su gran afición por las matemáticas y la mecánica le llevan a comenzar, al año siguiente, los estudios de Ingeniería de Caminos, interrumpidos en 1873 durante el tiempo que dura el sitio de Bilbao por las tropas carlistas, en cuya defensa participa como voluntario. En 1876 finaliza sus estudios y comienza a ejercer su carrera en la misma empresa en la que trabajaba su padre.
La herencia recibida de unas parientes le hizo posible independizarse del trabajo como ingeniero y dedicarse a lo que realmente le gustaba: la investigación y los inventos.
Su estancia en Paris, así como los posteriores viajes por Europa, le permitieron tener un buen conocimiento del estado del arte de la ciencia y la técnica, a la vez que fraguar muy buenas relaciones con el mundo técnico y científico.
El Transbordador, patentado en Brevet (Suiza) con la denominación de «Un sistema de camino funicular aéreo de alambres múltiples», es considerado como su primer invento. Aun hoy en día está en funcionamiento el instalado en 1916 sobre el Niágara (EE. UU.).
En el campo aéreo, destacó por el proyecto de un nuevo tipo de Dirigible, construido con la ayuda del capitán Alfredo Kindelan, que venía a solucionar los problemas de estabilidad de forma y suspensión de la barquilla. La patente fue comprada por la firma francesa Astra, llegándose a fabricar más de 100 unidades del modelo conocido como Astra-Torres, ampliamente utilizado durante la I Guerra Mundial.
Pero sin lugar a duda, fue en el campo de la Automática, donde fue un adelantado en el tiempo, pudiéndose considerar como el precursor de la Cibernética. Introduciendo el empleo de los sistemas electromecánicos se convirtió en pionero de las maquinas calculadoras digitales. El Telekino, especie de mando a distancia, el Autómata Ajedrecista y el Aritmómetro, son tres exponentes claros de aplicaciones prácticas del contenido de su «Ensayo sobre Automática», en donde expone sus fundamentos teóricos.
Su extensa labor de investigación e innovación abarca otros muchos campos de la ciencia, siendo difícil detallar todos ellos. Sirvan a modo de ejemplo los siguientes inventos: un sistema para guiarse en las ciudades, la balanza automática, el buque campamento, un lanza-cables, una embarcación de dos flotadores, máquinas de escribir, el proyector didáctico, el puntero proyectable, medidor de resistencia del aire, grabador de discursos (Dianemólogo), etc.
Leonardo Torres Quevedo fallecía en Madrid el 18 de diciembre de 1936, después de haber realizado una gran labor científica e investigadora que le hicieron merecedor de numerosos premios y reconocimientos tanto nacionales como extranjeros.