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El 23 de marzo de 1950 se establece la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Para conocer sus orígenes hay que remontarse a agosto de 1872, cuando un grupo de 52 meteorólogos, encabezado por el profesor Buys Ballot, director del Instituto Real de Meteorología de los Países Bajos, se reunieron en Leipzig para estudiar la posibilidad de crear una red mundial de estaciones de observaciones meteorológicas, establecer el libre intercambio de información entre naciones y un acuerdo internacional sobre métodos y unidades de observación normalizados que permitieran su comparación.
Un año más tarde, en 1873, se celebra en Viena el primer Congreso Meteorológico Internacional del que se sale con el encargo de redactar, por parte de un comité permanente, los reglamentos y estatutos de una organización internacional, tarea que se da por finalizada cinco años más tarde, en el congreso celebrado en Utrecht en 1878.
En 1879, en el Congreso Meteorológico Internacional de Roma, se funda la Organización Meteorológica Internacional (OMI) en calidad de organización no gubernamental, de la que son miembros los directores de los servicios meteorológicos nacionales.
A raíz de la I Guerra Mundial, el gran auge experimentado por la aviación militar, el desarrollo de la telegrafía inalámbrica y el crecimiento de la aviación civil pusieron de manifiesto la necesidad de contar con información fiable, en formatos normalizados, que permitiera hacer predicciones de las condiciones meteorológicas con fines aeronáuticos y marítimos, empezándose a cuestionar si sería suficiente el carácter no gubernamental de la organización o si por el contrario se requería compromisos vinculantes por parte de los gobiernos.
La II Guerra Mundial demostró de nuevo la gran importancia de la meteorología y la necesidad de contar con estaciones de observación tanto en la mar como en altas capas de la atmosfera que, apoyadas en el gran desarrollo experimentado por la radiodifusión, los radares y las radiosondas, fueran capaces de prestar apoyo tanto a vuelos de reconocimiento aéreo como a una aviación civil cada vez más extendida y desarrollada.
Todo ello condujo a la elaboración de un proyecto de Convenio Meteorológico Mundial, que tras numerosas deliberaciones fue aprobado en Paris en 1946. La firma del Convenio final se produjo el 11 de octubre de 1947 y entró en vigor el 23 de marzo de 1950. De esta forma quedó establecida la Organización Meteorológica Mundial que, tras un año de transición, el 17 de marzo de 1951, asumió todas las funciones de la OMI.
La Organización Meteorológica Mundial es un organismo especializado de la ONU, con sede en Ginebra, que tiene como misión «facilitar la cooperación internacional en el diseño y la prestación de servicios meteorológicos; alentar el intercambio rápido de información meteorológica; promover la normalización de datos meteorológicos; establecer la cooperación entre los servicios meteorológicos e hidrológicos; impulsar la investigación y la formación en meteorología; y ampliar el uso de la meteorología en beneficio de otros sectores, como la aviación, la navegación marítima, la agricultura y la gestión del agua». Forman parte de él 187 estados y 6 territorios.
La influencia de la meteorología y los recursos hidrológicos en el desarrollo socioeconómico mundial ha ido en aumento a medida que los avances tecnológicos han permitido un mejor conocimiento de la atmosfera y de los fenómenos que en ella se desarrollan.
El empleo de los satélites meteorológicos, el radar y la potencia de cálculo de los modernos ordenadores son elementos que han contribuido al desarrollo de modelos físico matemáticos de la atmosfera de una gran fiabilidad. Las previsiones del tiempo, la evolución del clima, los recursos hidrológicos, el cambio climático, la prevención de los desastres naturales, los océanos, la criosfera, el medio ambiente, etc., son sólo algunas de las áreas en donde la cooperación y el intercambio de información objeto de esta Organización pueden contribuir a un desarrollo más sostenible.
Jesús Manrique Braojos