Busque en el archivo de publicaciones o dentro de este sitio web
Unos meses antes de que el hombre pisase la Luna, se produjo el primer accidente mortal de la carrera espacial. Por desgracia, la acumulación de pequeños errores en la planificación de la misión acabó con la vida del cosmonauta soviético Vladímir Mijáilovich Komarov único tripulante de la misión Soyuz 1.
Komarov nació el 16 de marzo de 1927 en Moscú. Su primer vuelo espacial se produjo a bordo de la nave Voskhod 1 en 1964. En su primera misión ostentó el cargo de comandante piloto y estuvo acompañado por otros dos cosmonautas: el ingeniero Konstantin Feoktistov y el doctor médico Boris Yegorov. En realidad, esta fue la primera misión con más de un cosmonauta en la misma nave. El objetivo del lanzamiento era vencer a los estadounidenses, que estaban llevando a cabo del programa Gemini, logrando así el hito de poner en órbita a un equipo de tripulantes en vez de sólo un hombre. La misión fue todo un éxito: los cosmonautas aprovecharon para hacer investigaciones biomédicas y, sobre todo, estudiar la organización que debía tener un grupo de varios tripulantes en una misión espacial.
El 23 de abril de 1967, Komarov se lanzó al espacio a bordo de la Soyuz 1. Durante la misión, hubo varios problemas técnicos con la nave espacial, incluyendo el sistema de paracaídas. A pesar de los problemas, Komarov intentó traer la nave espacial de vuelta a la Tierra. Sin embargo, durante el proceso de reentrada, el paracaídas no se desplegó correctamente, lo que provocó que la nave espacial se estrellara contra el suelo. Komarov murió instantáneamente. Recibió el título de Héroe de la Unión Soviética, el más alto honor en la URSS. Su muerte fue una tragedia para el programa espacial soviético y condujo a una reevaluación significativa de los protocolos de seguridad del programa.
La Soyuz 1 despegó con un solo tripulante a bordo y, una vez en el espacio, una segunda nave, la Soyuz 2, se acoplaría a ella para que sus pasajeros hicieran un intercambio de naves. Era una misión con objetivo experimental, para dominar los principios básicos de cómo debían ser estos intercambios. Pero en total cuatro naves no tripuladas que debían haber hecho la función de la Soyuz 1 habían fracasado en sus misiones anteriores (la nave Cosmos 133 se había quedado sin combustible a mitad de camino; la nave Cosmos 140A explotó antes de despegar; la nave Cosmos 140 experimentó problemas de altitud y abusó de sus reservas de combustible; y la nave Cosmos 154 se quemó y se desintegró al intentar regresar a la Tierra).
Komarov intentó hacer cualquier cosa por solucionar los problemas. Incluso probó un sistema de emergencia que consistía en darle patadas al panel solar para que se desplegara. No obtuvo resultados. Desesperado, les gritó a sus compañeros: «¡Maldita máquina, nada de lo que hago funciona!»
Manfredo Monforte Moreno