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El 13 de junio se cumplen 40 años desde que la sonda espacial Pioneer 10 abandonase el sistema solar en 1983, después de atravesar la órbita del planeta Neptuno, en aquel momento el más alejado del Sol por la excentricidad de la órbita de Plutón que por entonces todavía se consideraba un planeta.
La sonda Pioneer 10 fue lanzada por la NASA el 2 de marzo de 1972 en un cohete Atlas-Centauro de tres etapas que le proporcionó una velocidad máxima de escape de 51.682 kilómetros por hora, el objeto más rápido hecho por el hombre hasta ese momento. Estaba construida en aluminio y su peso al despegue era de 258 kg. Su misión, inicialmente programada para una duración de aproximadamente 21 meses, era llegar a Júpiter, por donde pasó el 4 de diciembre de 1973, proporcionando valiosísima información sobre su atmosfera, temperatura de la misma, altura de sus nubes…, y enviando también información sobre sus cinturones de radiación, características de sus campos magnéticos y constatando que Júpiter es un planeta gaseoso.
Pero antes tuvo que atravesar el cinturón de asteroides que se sitúa entre las orbitas de los planetas Marte y Júpiter, primera vez que una sonda espacial no sólo volaba más allá de la órbita de Marte, sino que también era capaz de atravesar el citado cinturón que separa los planetas interiores de los exteriores, lo que constituía todo un reto.
El 13 de junio de 1983, tras superar las orbitas de Neptuno y Plutón, la sonda Pioneer 10 continuó enviando información de los extramuros del Sistema Solar, estudiando el viento solar y los rayos cósmicos que invaden el sector de la Vía Láctea en que se encuentra la Tierra. Su misión se dio oficialmente por terminada el 31 de marzo de 1997. Sin embargo, el 27 de abril de 2002 aún se recibieron con éxito señales de telemetría siendo la última señal recibida, ya muy débil, la del 23 de enero de 2003. Posteriores intentos para contactar con ella, aprovechando la correcta alineación de la antena con la Tierra, no dieron resultados, quizás debido a la larga distancia y a la perdida de potencia de su fuente de energía. En teoría la sonda continúa navegando hacia la estrella roja Aldebarán, en la constelación de Tauro, donde llegaría después de más de millón y medio de años.
La Pioneer 10 está considerada como una de las más exitosas y fructíferas de las misiones llevadas a cabo, consiguiendo retos hasta entonces nunca superados, tales como la duración real de la misión, más de 30 años, primera vez en volar más allá de Marte y en atravesar el cinturón de asteroides, primera vez que se consigue escapar del Sistema Solar, primera sonda en utilizar energía eléctrica totalmente nuclear, etc.
Como anécdota cabe señalar que a la nave llevaba a bordo una placa de aluminio anodizado en oro con un diagrama de un hombre y una mujer, la figura del sistema solar y su ubicación con respecto a 14 púlsares, con la esperanza de que alguna forma de vida inteligente fuese capaz de interpretarlo y determinar la posición del Sol y de la Tierra en el momento del lanzamiento.
Jesús Manrique Braojos