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27 DE OCTUBRE DE 1780
Ingresa en la Armada el capitán de navío José Navarro y Torres. Leal entre los leales
Nacido en Sevilla, c. 1765, obtuvo plaza de guardiamarina en la Real Compañía de Cádiz el héroe del que nos ocupamos en esta efeméride y fue asentado ese día 27. Ejemplo típico de oficial de guerra de la Real Armada borbónica, combatió en mar y tierra, hallándose presente en multitud de combates.
Comenzó su carrera de alférez de fragata embarcado en el Santísima Trinidad, con el cual hizo la segunda campaña del canal de la Mancha, en la combinada Córdova-Guichen, tomó parte en el bombardeo de las «flotantes» a Gibraltar y en el combate de cabo Espartel.
Tras veinte años embarcado que le llevaron, en la mayoría de sus campañas, a las Antillas y a la América del Sur, donde participó en diversas acciones contra corsarios de diversas nacionalidades y se distinguió notablemente a bordo del bergantín San Antonio, cuando represó la fragata mercante Begoña, que había sido capturada por una goleta corsaria francesa.
Ya teniente de navío, embarcó en Ferrol en la fragata Flora la cual, incorporada a la escuadra Gravina, salió para Cádiz con la combinada y, una vez allí, transbordó al navío San Justo con el que participó en el combate de Trafalgar, tras el cual fue ascendido a capitán de fragata.
Como la inmensa mayoría de los componentes de la Armada, y por el acuerdo entre los ministros de la Guerra (Cornel) y de Marina (Escaño) desembarcó tras el Dos de Mayo de 1808 y pasó a servir en unidades del Ejército. Incorporado en Sevilla a las órdenes del general Castaños, este último lo destinó de primer ayudante de campo del brigadier Pedro Grimarest, a cuyas órdenes se batió en Bailén, en Santa Cruz de la Zarza y en Valdepeñas.
Ascendió a capitán de navío en 1809, pasó con su general, que había recibido el mando del Ejército de Andalucía, a Écija, donde en dos ocasiones ejerció como comandante de armas. Invadida Andalucía por los franceses, pudo incorporarse en Cádiz y fue nombrado comandante de la batería del fuerte de la Máquina en el Arsenal de La Carraca.
Por orden de la Regencia, pasó agregado al batallón de Infantería destinado al Apostadero de la Plata (Montevideo), donde combatió denodadamente hasta la pérdida de la provincia Oriental donde fue hecho prisionero, pero pudo escaparse y, tras penoso viaje, se incorporó a las órdenes del virrey de la Nueva España, volviendo a combatir en tierra hasta que fue detenido en Jalapa. Los insurrectos le ofrecieron perdonarle la vida si apoyaba el movimiento revolucionario contra la Corona española, pero él les contestó: «La Marina española nunca se avergonzará de haber tenido en sus listas al capitán de navío José Navarro y Torres»; inmediatamente fue fusilado.
José María Blanco Núñez