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El 1 de febrero se conmemora el nacimiento de Agustín de Betancourt en 1758, en el Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife).
Nace en el seno de una familia acomodada, su padre, Agustín de Betancourt y Castro, era caballero de la Orden de Calatrava y teniente coronel de los Reales Ejércitos; y su madre, Leonor de Molina y Briones, hija de los marqueses de Villafuerte. Ello le permitió gozar de una refinada educación a la vez que estudiar idiomas de la mano de su madre que tanto le serviría posteriormente para sus viajes fuera de España.
Su interés por la ingeniería y por el diseño de las maquinas se dio a conocer muy pronto, cuando con apenas 20 años presenta en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, en la Laguna, su primer diseño sobre una máquina para el hilado de la seda, realizado conjuntamente con sus hermanos José y María.
En 1778, becado con una ayuda del gobierno de Carlos III, se traslada a Madrid donde continúa su formación científica en los Reales Estudios de San Isidro a la vez que en lo artístico se forma en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Muy pronto empezó a recibir encargos para la corona real, tales como la inspección del Canal Imperial de Aragón y el exhaustivo estudio de las minas de Almadén, cuyas memorias han trascendido hasta hoy tanto por su contenido como por la calidad de sus dibujos, constituyendo una fuente de conocimiento de la tecnología minera y metalúrgica. De esta etapa destaca también su lanzamiento del primer globo aerostático que logra volar en España.
En 1784, recomendado por el Conde de Floridablanca, viaja a Paris a la École Nationale des Ponts et Chaussées donde se inicia en los estudios de ingeniería civil, lo que después le serviría para la creación en España de la Escuela Oficial del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, precursora de la actual Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Durante esta fructífera época de estancia en Paris, hasta 1791, realiza estudios de hidráulica y mecánica, numerosas investigaciones técnicas como las memorias sobre la purificación del carbón piedra, diseños y compra de máquinas y aprovecha para recopilar gran cantidad de documentación relacionada con la ingeniería civil de toda Europa, lo que serviría para la creación del Real Gabinete de Máquinas encargado por Floridablanca.
En 1788 realiza un viaje a Inglaterra por un periodo de dos meses donde trata de obtener información sobre la máquina de vapor en la que estaban trabajando Watt y Boulton. Aunque no llegó a verla fue capaz de obtener suficiente información para saber que se trataba de una máquina de doble efecto y un año más tarde, ya de vuelta en Paris, presentó su propia memoria sobre una máquina de vapor de doble efecto y poco más tarde otra sobre la fuerza expansiva del vapor del agua, que pondría en práctica años más tarde en el diseño de barcos de paletas para navegación fluvial y en las prensas hidráulicas.
En 1808 comienza una nueva etapa de su vida, trasladándose con su familia a vivir a San Petersburgo donde permanece hasta su muerte en 1824. Allí goza de la confianza y favores del Zar, quien lo nombra Mariscal del Ejercito Imperial Ruso, ocupa importantes cargos y realiza numerosos proyectos de obras públicas.
Agustín de Betancourt está considerado como uno de ingenieros más importantes y polifacéticos de España. El telégrafo óptico, el barco de vapor a paletas, las dragas de vapor, las vías de comunicación fluviales, los puentes flotantes, obras de ingeniería civil, el globo aerostático, la acuñación de monedas, etc., son sólo algunas de las muestras que dan fe de ello. Su legado en el campo de la ingeniería aún perdura hoy a través de sus muchos ensayos, memorias y diseños que en su momento formaron parte del Real Gabinete de Máquinas ubicado en el palacio del Buen Retiro de Madrid.
Jesús Manrique Braojos