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El Tratado de París (1763) puso fin a la Guerra de los Siete Años, de la que los reinos de Francia y España salieron malparados. La Florida española fue cedida a los británicos y España obtuvo los territorios de la Luisiana Occidental. En 1779, el rey Carlos III de España declaró la guerra a George III de Inglaterra, con la intención de ayudar a las trece colonias norteamericanas rebeldes y recuperar los territorios perdidos anteriormente.
El malagueño Bernardo de Gálvez y Madrid, brigadier y gobernador de Luisiana había estado colaborando secretamente con los independentistas. La declaración de guerra a Inglaterra le permitiría pasar a la ofensiva y retomar el control sobre la Florida, sobre todo de las ciudades que los ingleses dominaban a orillas del Mississippi.
Tras una fracasada expedición en 1780, a finales de febrero de 1781 inicia la campaña para conquistar Panzacola (Pensacola). El 9 de marzo empiezan las operaciones. Como primera acción, se produce el desembarco de granaderos e infantería ligera en la Isla de Santa Rosa, como base de partida, en la que estuvieron acumulando fuerzas hasta el 17 de marzo.
El 18 de marzo, ante las reticencias del mando componente naval para entrar por el estrecho canal que daba acceso a la bahía de Panzacola, Gálvez embarcó en el bergantín Galveztown, enarboló la insignia de su grado de comandante de la fuerza y forzó la entrada a la bahía -seguido de dos cañoneras y una balandra- sin sufrir daños a pesar del fuego enemigo. Esta acción, realizada al grito de «el que tenga honor y valor, que me siga» le valió el lema de su escudo de armas: «YO SOLO». Al día siguiente, el resto de la escuadra -transportes y buques de guerra- entró en la bahía.
A finales de marzo empezaron a desembarcar tropas en la costa continental y, para el 2 de abril, ya estaban todas en tierra. Los elementos enemigos, principalmente indios de la zona, se replegaron al fuerte Jorge (George) y las fuerzas españolas tomaron el control del puerto. Se produjo entonces un intervalo en la batalla, a la espera de los necesarios refuerzos procedentes de La Habana, que arribaron el 19 de abril. Al mismo tiempo, se unieron a Gálvez tropas francesas con cuatro fragatas. De este modo, el 22 de abril Gálvez tenía bajo su mando 7.800 hombres y unos 24 buques de guerra -incluidas las fragatas francesas- además de varios de menor porte.
Desde finales de abril a principios de mayo se realizan las actividades preparatorias para el asalto, con acciones de menor importancia por parte de ambos bandos. El 6 de mayo se lanza un ataque artillero que causa graves daños a los ingleses. El día 8 el fuego artillero de las posiciones avanzadas españolas hace impacto en el polvorín inglés y causa numerosas bajas. Esa noche, los españoles toman el puesto avanzado enemigo. Al poco, comienzan a disparar directamente contra el fuerte Jorge. El comandante de las fuerzas inglesas solicita una tregua para la capitulación, que se formaliza el día siguiente. El 10 de mayo, el general John Campbell y el Almirante Chester, este último Capitán General y Gobernador de West Florida, se entregaron junto con sus 1.113 hombres y todas sus banderas, artillería, armas y pertrechos. Panzacola quedó intacta gracias a un acuerdo previo entre españoles y británicos para no arrasar la ciudad con los combates.
Dejemos que sea el mismo Gálvez el que lo cuente en su diario:
«el 10 (10-V-1781) a las 3 de la tarde se formaron a 500 varas del fuerte Jorge 6 cias. de granaderos y las de cazadores de la Brigada francesa, a cuya distancia salió el General con su tropa y después de haber entregado las banderas del Regimiento Waldeck, y una de artillería, con las ceremonias acostumbradas rindieron sus armas».
Poco después de la batalla, Gálvez fue ascendido a Teniente General. El Rey Carlos III otorgó a Bernardo de Gálvez los títulos de vizconde de Galvestown y conde de Gálvez y lo nombró gobernador de la Florida y de Luisiana Occidental. Thomas Jefferson escribió al general Gálvez, expresando sus gracias por la ayuda de España a la causa revolucionaria. Oliver Pollock, agradecido por la ayuda, propuso al Congreso de Estados Unidos que se hiciera un retrato del gobernador de la Luisiana y se colocase en las dependencias de la cámara norteamericana, propuesta que fue aceptada según un acuerdo de 1783. En 2014 se colgó en el Capitolio un retrato de Bernardo de Gálvez -copia realizada por Monserrate del óleo atribuido a Maella- cumpliéndose así el acuerdo. Poco después, el presidente Obama firmó el nombramiento de Bernardo de Gálvez como Ciudadano Honorario de los Estados Unidos, un honor que ostenta menos de una decena de personas, entre ellas Winston Churchill.