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Los orígenes españoles del territorio de Ifni se remontan al año 1476, cuando el Capitán Diego García de la Herrera, Señor de las Canarias, desembarcó en sus costas y levantó la fortaleza de Santa Cruz de Mar Pequeña. La razón de ocupar esta zona, situada frente a las Islas Canarias, fue protegerla de los frecuentes ataques que sufrían de los piratas procedentes de estas costas.
Tras la victoria española en la denominada «Guerra de África» de 1860, se reconoció de nuevo nuestra soberanía sobre aquel territorio. En el Tratado de Paz y Amistad de Tetuán, de 20 de abril de aquel año, suscrito por el sultán de Marruecos, se nos concedió a perpetuidad dicha zona.
Sin embargo, no fue hasta la 2ª República en que se volvió a proceder a su ocupación, que se llevó a cabo en la primavera de 1934 con el gobierno del radical Alejandro Lerroux, siendo el Coronel de Infantería Osvaldo Capaz Montes, un prestigioso militar, el encargado de volver a izar la bandera española en aquel territorio.
El 9 de abril de 1934, el Presidente del Consejo de Ministros dictaba dos decretos de interés: el primero de ellos disponía la creación de un gobierno especial para el territorio de Ifni, con un gobernador que asumía el mando civil y militar, quedando expresamente autorizado para organizar una Guardia Indígena. El segundo nombraba para tal puesto al Coronel Capaz, que tan sólo tres días antes había procedido a la pacífica ocupación de la zona.
Apenas dos meses después, el 11 de junio de 1934, se dictaba una orden circular mediante la que se creaba una Oficina de Asuntos Indígenas para atender a todos los asuntos de orden gubernativo, político, administrativo y militar que se generaran en el territorio, siendo el Jefe de dicha Oficina un Comandante de cualquier arma o cuerpo. Como elemento indispensable para el mantenimiento del orden y la seguridad del territorio, se disponía también la creación de un cuerpo armado denominado Guardia Civil de Ifni, dependiendo de la Oficina de Asuntos Indígenas.
La plantilla inicial de la Guardia Civil de Ifni, aprobada también en la citada orden circular de 11 de junio, era de carácter mixto, por un lado, con fuerzas de origen europeo procedentes de la Guardia Civil española y, por otro lado, de fuerzas de procedencia indígena, en su mayor procedentes de las Fuerzas de Regulares Indígenas y de las Mehal-las Jalifianas desplegadas en el Protectorado español de Marruecos.
El nuevo cuerpo, al mando de un capitán de la Guardia Civil y auxiliado por un teniente adjunto perteneciente a su Plana Mayor, contaba con tres líneas con tenientes al mando y compuestas por fuerzas de infantería y de caballería. El personal europeo constaba, además del capitán y los cuatro tenientes ya citados, con nueve hombres de infantería y cuatro de caballería.
Por su parte, el personal indígena se estableció en dos oficiales, ciento cincuenta hombres de infantería y sesenta de caballería, así como ocho camelleros.
Para su movilidad, en aquel abrupto y desértico territorio, se les asignaron sesenta y dos caballos (siete de oficial y cincuenta y cinco de tropa) así como ocho camellos. Como dotación de armamento, además del individual, consistente en la pistola Star de 9 mm para el personal europeo y el fusil Mauser de 7 mm para el personal indígena, se les adjudicaron cuatro fusiles ametralladores.
Los cinco oficiales de la Guardia Civil fueron destinados, en comisión de servicio y con carácter urgente, el mes de mayo de 1934 para iniciar al encuadramiento y la organización de las fuerzas nativas.
El uniforme sería color caqui, igual al usado por el Ejército, con gorra de plato. En verano, y debido a las altas temperaturas que se alcanzaban en el territorio, el tejido del uniforme era más ligero y de color blanco. El emblema adoptado fue una estrella de cinco puntas sobre una media luna.
Un decreto de 21 de noviembre de 1934 estableció una Comandancia de la Guardia Civil en Marruecos, con la Plana Mayor en Ceuta, pasando a depender de ella la Guardia Civil de Ifni, pero era tal la distancia entre Ceuta y Sidi Ifni (1.270 kilómetros) que la guarnición de Ifni gozó de una notable autonomía.
Tras la agitada historia correspondiente a nuestra contienda civil y a la Segunda Guerra Mundial, el 23 de noviembre de 1957 se produjo el levantamiento de las bandas armadas y el ataque a diferentes puestos españoles del autodenominado Ejército de Liberación marroquí, lo que daría lugar a la Guerra de Ifni.
En 1969 el territorio de Ifni fue entregado a Marruecos, quedando atrás 35 años de ejemplar presencia, profundamente desconocida, de la Guardia Civil en aquella zona de la antigua África Occidental Española.
José E. Roldán Pascual