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El 15 de junio se conmemora la muerte del Ingeniero Civil e investigador Eduardo Torroja Miret, en 1961 en Madrid.
Eduardo Torroja nació en Madrid el 27 de agosto de 1899, en el seno de una familia de tradición científica. Su padre Eduardo Torroja Caballé y sus hermanos Jose María, Antonio y Juan desarrollaron una destacada labor en el campo de las ciencias, de la investigación y la docencia.
En 1917 ingresó en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid donde finaliza sus estudios en 1923. Su brillante expediente académico le valió un puesto en la Compañía de Construcciones Hidráulicas Civiles, fundada por José Eugenio Ribera, profesor suyo en dicha escuela, que gozaba de un gran prestigio técnico y fue un gran protagonista de la construcción con hormigón armado en España.
En 1927 abre su propia oficina de proyectos en Madrid, en la que continúa su labor como proyectista. En 1932 recibe el Premio Nacional de Arquitectura por su proyecto de la Central Térmica de la Ciudad Universitaria de Madrid, en colaboración con el arquitecto Manuel Sanchez Arcas.
Desde sus comienzos profesionales, y siguiendo la escuela de Le Corbusier, mostró un gran interés por la integración de la ingeniería y la arquitectura moderna, logrando que el concepto ingenieril y el arquitectónico se fundieran en una misma cosa. Para muchos, Eduardo Torroja, junto con el francés Eugène Freyssinet, el suizo Robert Maillart, y el italiano Pier Luigi Nervi, constituyen el grupo de los cuatros ingenieros que más influyeron en el desarrollo técnico y estético del hormigón en la primera mitad del siglo XX.
También son de destacar sus obras y proyectos de estructuras laminares de hormigón armado, contribuyendo a la optimización de sus procesos de construcción, y la explotación de las posibilidades del empleo de estructuras mixtas a base de hormigón y acero.
Fue el creador, junto con un grupo de ingenieros y arquitectos, de la empresa Investigaciones de la Construcción (ICON) con el propósito de profundizar en la investigación de la construcción y en el estudio de modelos a escala, convirtiéndose en un referente internacional donde los proyectistas enviaban sus modelos para pruebas y ensayos. Pocos años después, en 1934 crea el Instituto Técnico de la Construcción y la Edificación, que posteriormente se integraría en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y que hoy es conocido como el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja.
En 1939 se incorpora al claustro de profesores de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, iniciando una intensa labor docente que no abandonaría en el resto de sus años de vida.
El 15 de junio de 1961 fallecía mientras trabajaba en el instituto que hoy lleva su nombre, dejando atrás un intenso legado de obras, publicaciones y conocimientos que aún hoy en día son un referente en el campo de la Ingeniería Civil y en el empleo de estructuras de hormigón armado y pretensado.
Por citar algunas de sus obras más destacadas, cabe señalar su participación en la construcción de la Ciudad Universitaria de Madrid, el Acueducto de Tempul sobre el río Guadalete, el Mercado de Algeciras, los puentes de Tordera, Posadas y Muga, Cubierta de la tribuna del Hipódromo de la Zarzuela, Puente de Hierro de Sancti-Petri, Puente del Pedrido en Coruña, Frontón de Recoletos, etc.
Fue miembro de número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, desde 1944 y se hallaba en posesión de numerosos reconocimientos nacionales y extranjeros, entre los que cabe destacar las condecoraciones de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.
A su muerte le fue otorgado, a título póstumo, el título de marqués de Torroja en reconocimiento a su extraordinaria labor en el campo de la Ingeniería Civil.
Jesús Manrique Braojos