Busque en el archivo de publicaciones o dentro de este sitio web
El día 17 de diciembre de 1913 tuvo lugar el primer bombardeo aéreo de la historia, llevado a cabo por una unidad específica, recién constituida y formada, con auténticas bombas de aviación. Fue llevado a cabo por los Capitanes Barrón y Cifuentes volando biplano Löhner Pfeilflieger sobre Ben Karrich, Marruecos. La Escuadrilla Expedicionaria, mandada por el Capitán Alfredo Kindelán Duany, había llegado desde Madrid por ferrocarril a Cádiz y luego embarcados los aviones en el buque Almirante Lobo. Los aviones embalados fueron trasladados a Ceuta, en los últimos días de octubre del mismo año, y de allí al aeródromo de Sania Ramel, Tetuán, en Marruecos. Realizó sus primeros vuelos el día 2 de noviembre de 1913.
Sobre este asunto ha habido siempre una polémica entre los investigadores e historiadores españoles e italianos, acerca de qué país utilizó primero como Arma Aérea la incipiente Aviación, que en Europa se inició poco después de que los Hermanos Wright volaran en Kitty Hawk en diciembre de 1903.
A diferencia de los primeros bombardeos realizados por tripulaciones italianas en 1911 y 1912, con aviones aislados, sobre tropas turcas que actuaban en Libia, con armamento terrestre de oportunidad, la española fue la primera unidad constituida, formada y entrenada para actuar de forma conjunta desde un aeródromo preparado para desarrollar sus operaciones armadas contra los insurgentes de las Cabilas.
A diferencia de otras ocasiones anteriores, utilizaron bombas de aviación Carbonit y visores alemanes, fabricados específicamente para ser lanzadas y dirigidas, portando su propia espoleta, desde aviones en vuelo sobre tropas y efectivos enemigos.
En África pronto se establecieron dos nuevos aeródromos, uno en Arcila en la Zona Occidental, para apoyar a las fuerzas de la Comandancia General de Larache y otro en la Zona Oriental, para reforzar a las tropas de la Comandancia General de Melilla.
Rafael Madariaga