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El almirante turco Barbarroja había conquistado Túnez el 16 de agosto de 1534 lo que suponía una gran amenaza para esa zona del Mediterráneo, especialmente para el sur de Italia en posesión de la corona de España.
Para la recuperación de Túnez el emperador contó con el apoyo de Portugal, la república de Génova, los Estados Pontificios y la Orden de Malta. Por parte española participaron las escuadras del Cantábrico, del Mediterráneo, de Málaga y de Flandes, así como galeras napolitanas al mando del almirante Andrea Doria. Todo ello constituía una fuerza de cerca de 400 navíos, 27.000 infantes y 2000 jinetes.
El grueso de la fuerza zarpó desde Barcelona y Génova y el 14 de julio, tras 28 días de combates cayó el fuerte de La Goleta, que cerraba el acceso a la bahía de Túnez. En esta acción se capturaron cañones franceses, lo que demostraba el apoyo de Francisco I a los turcos. Cuenta la crónica que el emperador ordenó que uno de ellos pasara a formar parte de la colección real y es posible que se trate del que hoy se conserva en los almacenes del Museo del Ejército con la flor de lis y las iniciales del rey de Francia. El 21 de julio, Carlos I que había participado directamente en los combates entró victorioso en Túnez al frente de su ejército. Este hecho histórico se conoce como «La Jornada de Túnez».
Para dejar constancia de esta victoria el Emperador ordenó que se fabricara una serie de tapices que describieran todos los detalles de la campaña. Para ello incorporó a la expedición al pintor y cosmógrafo flamenco Jan Cornelisz Vermeyen, con la finalidad de que tomara apuntes de los escenarios originales que luego incorporaría a sus pinturas que servirían de base a los tapices que se tejieron en los talleres de Pannemaker en Bruselas.
La serie constaba de doce tapices, de los cuales se conservan diez en la Real Armería del Palacio de Oriente y en los Reales Alcázares de Sevilla. Los tapices, de grandes dimensiones, describen toda la campaña empezando con la revista de las tropas en Barcelona por el emperador en el que se puede apreciar la ciudad y Montjuic. En la obra se presentan con todo detalle el equipamiento de los combatientes o los lugares donde se desarrolló la batalla, entre otros las ruinas de la antigua Cartago, con los restos de los acueductos romanos.
Los tapices acompañaron a Carlos en su corte itinerante, siendo expuestos también como decoración en la boda del príncipe Felipe con María Tudor el 25 de julio de 1554 en Inglaterra.
Juan B. Valentín-Gamazo de Cárdenas