Busque en el archivo de publicaciones o dentro de este sitio web
A pesar de su prematura muerte a los treinta y seis años, el estilo y el virtuosismo técnico de su obra definen a Mariano Fortuny y Marsal como un gran pintor que marcó indeleblemente a toda una generación de pintores europeos. Cultivó una figuración preciosista, atenta a los detalles y juegos de luces, plasmada con asombrosa precisión mediante un toque de pincel aparentemente libre y espontáneo.
En 1860 estalló la Primera Guerra de Marruecos, y la Diputación de Barcelona encargó a Fortuny que viajara a este país con el fin de convertirse en cronista gráfico de la contienda en compañía de Pedro Antonio de Alarcón. Allí se integraría como pintor en el regimiento del general Juan Prim, también originario de Reus. El 12 de febrero de 1860, se registró su llegada a estas tierras y comenzó su trabajo como cronista de los acontecimientos.
África supuso un descubrimiento para Fortuny, deslumbrado por la luz norteafricana y encandilado por las planicies abiertas, las luces y los habitantes de Marruecos, llegando incluso a aprender nociones de árabe para integrarse mejor. Se liberó desde este momento de convenciones y academicismos, sintiéndose atraído intensamente por los temas orientales. Como consecuencia de esa estancia, Fortuny pintó algunas de las obras más significativas de su producción, como La batalla de Tetuán (Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona).
La batalla de Tetuán fue un cuadro pintado por encargo de la Diputación de Barcelona entre 1862 y el 1864, en el que se reflejan los hechos de esta batalla de la Guerra de África. La Diputación quería ubicar esta obra en el Saló de Consells del Palacio de la Diputación. Actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona.
Posteriormente, en septiembre y octubre de 1862, Fortuny solicitó a la Diputación de Barcelona regresar a África para hacer un estudio de la luz del lugar a cambio del envío de algunas obras que realzaría en su estadía en Marruecos. Sus obras se empaparon de un estilo oriental, mejor visto en su obra La reina María Cristina pasando revista a las tropas, pedido del duque de Riansares.
Fortuny se interesa en la representación realista de personajes y ambientes, en los efectos de luz y en la reconstrucción veraz de la arquitectura y los elementos que incorpora en sus cuadros, como armas, telas y trajes.
Su estilo pictórico y ejecución virtuosa marcó a una generación de pintores europeos. En su juventud vivió del Romanticismo y Realismo, tocando los temas neoclásicos. En su viaje a Marruecos es cuando se define su estilo de carácter impresionista.
Sus pinturas sobre temas árabes, sus recreaciones nostálgicas de la vida cortesana del siglo XVIII y sus paisajes luminosos encantaron a críticos de arte y coleccionistas que pagaban por sus obras precios astronómicos. El crítico Théophile Gautier escribió de él que «como grabador es equivalente a Goya y cercano a Rembrandt».
José Manuel Fernández López