Busque en el archivo de publicaciones o dentro de este sitio web
El 22 de junio se conmemora el nacimiento en Madrid, en 1874, de Federico Cantero Villamil, Ingeniero de Caminos, de destacada labor en el campo de la hidroelectricidad y de la aeronáutica, donde está considerado como uno de los precursores del helicóptero.
Por razones familiares su vida estuvo muy ligada a la ciudad de Zamora, donde se había afincado su familia por razones de trabajo de su padre, como director de la línea de ferrocarril de Medina del Campo a dicha ciudad.
Estudió Bachillerato e Ingeniería en Madrid, donde obtuvo el título de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en 1896, con el numero uno de su promoción. En 1897 empieza su andadura profesional, trasladándose a Zamora, donde explora las posibilidades hidroeléctricas del rio Duero y varios de sus afluentes, lo que le lleva finalmente a obtener una concesión gubernamental para la construcción y explotación de la presa el Salto de San Román, con una capacidad de 6000 CV, dando servicio a las provincias de Zamora, Salamanca y Valladolid.
En sus comienzos, su gran capacidad de trabajo le permitió compaginar varias actividades en el campo de la ingeniería civil: dirección facultativa de construcción de presas, dirección de la línea de ferrocarril Zamora – Medina del Campo, proyecto ferroviario entre Orense y Zamora, director de carreteras de la Diputación Provincial de Zamora, así como diversos trabajos de dirección técnica de índole menor.
Aun así, le quedó tiempo para dedicase a una de sus verdaderas pasiones, la Aeronáutica. En 1910, obtuvo la patente nº 48214, la primera de una serie de ellas hasta contabilizar el número de 36, de las que la mayoría estaban relacionadas con sistemas aeronáuticos y el resto con sistemas varios. Esta primera patente, solicitada el 13 de junio de 1910, consistía precisamente en el diseño de un sistema de paletas móviles capaces de sustentar cuerpos y aparatos en el aire a la vez que, si se quería, dotarlos de propulsión.
En el campo de la aeronáutica española está considerado como uno de sus pioneros, no solo por el diseño y patente de elementos de este tipo, sino también por el proyecto y construcción de prototipos conocidos con el nombre de Carro Volador, Libélula Española o Libélula Viblandi, considerados precursores del actual helicóptero. Si bien es cierto que Igor Ivan Sikorski está reconocido como el padre del helicóptero, también lo es que, por aquella época, desde 1935, Federico Cantero estaba trabajando en su proyecto de Libélula Española cuyos trabajos de construcción habían comenzado en 1936 estando previsto su arranque de motor en septiembre del mismo año. El estallido de la guerra civil truncó el proyecto al quedar el prototipo en Madrid, en zona republicana, y el autor en Segovia en zona nacional, lo que hizo que, hasta la finalización de la contienda, bien entrados en 1940, no se reanudasen los trabajos.
Publicó varias obras y artículos sobre aerodinámica y también fundó un club de vuelo sin motor en La Granja de San Ildefonso (Segovia). En sus últimos años registró varias patentes de turbinas de gas para aviones a reacción.
Ocupó importantes cargos en la Administracion, tales como Director General de Obras Públicas, entre 1934 y 1935, e Inspector y miembro del Consejo de Obras Públicas, entre 1941 y 1944, puesto en el que se jubiló siendo presidente de la sección de Puertos.
Fallece en Madrid el 22 de diciembre de 1946, dejando tras sí un importante legado tanto en el campo de la ingeniería de obra civil, donde proyectos como el Salto del Olvido en el rio Valsain, el Salto de Burgomillodo en el río Duratón, o los túneles del Padornelo, aún hoy en día son ejemplo de estudio, como en el campo de la Aeronáutica, donde las distintas patentes dan idea de su capacidad de invención y su carácter de hombre de ciencia adelantado a sus tiempos.
Jesús Manrique Braojos