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El 22 de julio de 1921, los españoles ocupaban la posición de Annual con unos 3.000 hombres, que estaban siendo duramente hostigados por las tropas rifeñas, hasta el extremo de que se decide abandonarla. El 23 de julio la retirada es total, por lo que el general Navarro ordena al teniente coronel Primo de Rivera, jefe del regimiento Alcántara, apoyar el abandono de algunas posiciones, llegándose a combatir al arma blanca. Pero no acaba aquí la demostración heroica de los jinetes del regimiento. Una vez llegados a Dar Drius, el general Navarro ordenó la evacuación de la posición hacia la de El Batel. Recibida la orden, Primo de Rivera se reunió con sus oficiales y, dirigiéndose a ellos, les dijo:
«La situación, como ustedes verán, es crítica. Ha llegado el momento de sacrificarse por la patria, cumpliendo la sacratísima misión de nuestra Arma. Que cada uno ocupe su puesto y cumpla con su deber».
El Alcántara cumplió su deber de proteger los flancos y la retaguardia de la columna en retirada, con constantes cargas sobre el enemigo, pero su gesta aún no había terminado. Cuando se dirigía hacia El Batel, la columna debía atravesar el río Igan, donde se produjo un fuerte ataque de las fuerzas rifeñas allí emboscadas. Al producirse los primeros disparos, el general Navarro ordenó a Primo de Rivera que cargara con sus escuadrones sobre el flanco izquierdo, para conseguir que la columna vadease el río.
Primo de Rivera, sabiendo a lo que se enfrentaba arengó a sus jinetes con estas palabras:
«¡Soldados! Ha llegado la hora del sacrificio. Que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras novias, todas las mujeres españolas dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos».
Los jinetes del Alcántara cargaron hasta cuatro veces contra el enemigo atrincherado, mientras el resto de la columna conseguía atravesar el río. Ante el agotamiento de los caballos, se llegó a combatir al paso y después pie a tierra. Cabe destacar que, en las últimas cargas, ante lo menguado de las fuerzas, hasta los oficiales veterinarios y los jovencísimos educandos de banda, se incorporaron y cayeron junto a sus compañeros.
Casi 700 hombres formaban el regimiento al comenzar el día. Sobrevivieron el teniente coronel Primo de Rivera, dos comandantes, algunos oficiales y unos setenta de tropa. Al finalizar esa jornada, el Regimiento de Alcántara dejó de existir como Unidad. Días después falleció el teniente coronel Primo de Rivera, a causa de la gangrena producida al amputarle un brazo tras ser alcanzado por un proyectil de cañón.
Por todos estos hechos, se iniciaron los trámites para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al Regimiento de Alcántara, con el siguiente dictamen del juez instructor:
«[…] En virtud de estas situaciones donde resplandece de forma brillante la conducta de este Regimiento, de la que el clamor público, y muy especialmente de los residentes en esta Plaza que vivieron y sufrieron aquellos días de angustia y que son los más fieles juzgadores de la actuación de este Cuerpo, hizo ya sus galas juzgándolas sin pasiones como heroicas y definitivas en aquellos sucesos, pasándolas a la historia para enaltecer y perdurar las glorias de España y su Ejército y el Arma de Caballería ; el Juez que tiene el honor de informar es de parecer que en pocos casos como el presente está tan claro el derecho a tan apreciada recompensa como el del Regimiento de Alcántara, comprendido en el artículo 55 del vigente reglamento. Melilla a 8 de Febrero de 1.933»
El día 1 de junio de 2012, el Consejo de Ministros concedió la Cruz Laureada de San Fernando, en su modalidad de colectiva, al Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14º de Caballería, que fue impuesta sobre el Estandarte del RCAC Alcántara nº 10 por S.M. el Rey D. Juan Carlos I, el día 1 de octubre de 2012, en el Palacio Real de Madrid.