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Ante la desigualdad que existía en los diversos Cuerpos del Ejército a la hora de calificar los distintos conceptos del valor en las hojas de servicio y después de diversas consultas, Su Majestad la Reina Isabel II, de acuerdo con lo establecido por la Junta de Ordenanzas y Sección de Guerra del Consejo Real establece la Real Orden de 24 de marzo de 1851.
En ella se indica que, en los sucesivo, en todas las diferentes armas e institutos del Ejército, al conceptuar el valor de los Oficiales en sus hojas de Servicio se califique: «Distinguido», los que por juicio contradictorio hayan obtenido la Cruz de la Orden de San Fernando, «Acreditado», los que tuviesen hechos de guerra sin circunstancias que contradiga dicha calificación y «Se le supone», aquéllos que no hubiesen tenido ocasión de demostrarlo.
Estos conceptos que perduraron a través del tiempo, se siguen utilizando hasta el presente, haciéndose extensivo a todas las hojas de servicio de los oficiales generales, oficiales, suboficiales y tropa.
Eduardo García-Menacho Osset