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Durante la Guerra de Sucesión polaca, el 25 de mayo de 1734 tuvo lugar la Batalla de Bitonto (Italia), en la que el Ejército español, al mando de José Carrillo de Albornoz, conde de Montemar, derrotó al Ejército austriaco, comandado por el Príncipe de Belmonte. Esta victoria, precedida de la toma de Nápoles y otras importantes ciudades, supuso la recuperación del Reino de Nápoles para la dinastía Borbón, y permitió coronar como rey al hijo de Felipe V de España, Carlos VII, futuro Carlos III de España.
El ejército español, movilizado desde enero de 1733, se estableció a finales de ese año en las cercanías de Siena, desde donde se movió hacia Nápoles atravesando los Estados Pontificios, tomó Nápoles, y las hostilidades continuaron hacia la costa adriática, por donde llegaban refuerzos a los austriacos. La noticia de que en la otra orilla del Mar Adriático había un fuerte contingente croata listo para apoyarles, precipitó la batalla de Bitonto, en la que el ejército austriaco ocupaba una posición favorable. El combate duró nueve horas y, tras las primeras acciones, un movimiento envolvente español hizo entrar en pánico a los austriacos, cuyo ejército fue prácticamente aniquilado.
Jesús Cantera Montenegro