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26 DE MAYO DE 1875
La muerte de un héroe
26 DE MAYO DE 1875. La muerte de D. Victoriano Sánchez Barcaíztegui, aconteció este día, a bordo del vapor Colón, frente al puerto de Motrico y durante la tercera guerra carlista.
D. Victoriano, nacido en Ferrol el 23 de abril de 1826, sentó plaza de guardiamarina en 1839, tiempos en los que no existía Escuela Naval y la formación de los futuros oficiales se hacía a bordo de los buques de la Armada.
Su abuelo paterno, natural de San Sebastián, D. José, había ingresado en la Armada, procedente de la Real Compañía de Carcas, como alférez de navío el 24 de julio de 1781 y fue ascendido a capitán de navío en 24 de mayo de 1811; su tío abuelo mayor, D. Ventura Joaquín de Barcaiztegui y de Urbina, alcanzó empleo de brigadier de la Real Armada, así que de casta le venía…
En 1865, D. Victoriano fue destinado de comandante de la Estación Naval del Río de la Plata y, al estallar la guerra del Pacífico, tomó el mando de la fragata Almansa, incorporándose con dicho buquea la escuadra Méndez-Núñez con la que combatió en El Callao el 02 de mayo de 1866. En esta memorable acción, en la que se defendió el honor de España y el de su reina, la Almansa, fondeada e impávida, como los demás, ante las baterías de la Plaza, recibió un impacto que le incendió el antepañol de pólvora. Al pedirle permiso a su comandante para inundar de agua el pañol, que amenazaba con volar el buque, D. Victoriano respondió: «Hoy no es día de mojar la pólvora». El incendio pudo ser controlado y el barco continuó combatiendo.
De capitán de navío de 1ª clase, tras la Gloriosa, fue el primer comandante-director de la Escuela Naval Flotante, establecida a bordo de la fragata Asturias, fondeada en la ría de Ferrol. Enseguida, y ya en plena tercera carlista, fue nombrado comandante general de las fuerzas navales del Cantábrico, que debían apoyar con sus fuegos a las tropas liberales e impedir el contrabando de armas con destino a los carlistas. Para inspeccionar la artillería del enemigo, D. Victoriano izó su insignia en el vapor Colón, con el que se dirigió a Motrico donde existía una concentración carlista con varias baterías; tras reconocer Guetaria y Deva sin haber sido alcanzado, el barco se atracó tanto a la costa enemiga, ya en aguas de Motrico, que terminó recibiendo un impacto que hirió mortalmente en el pecho del comandante general.
El Gobierno le concedió los honores póstumos de contralmirante cuando sus restos mortales fueron enterrados en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando.
José María Blanco Núñez