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El 27 de marzo del año 1802 se firmaba, en la ciudad francesa de Amiens, el Tratado mediante el cual se ponía fin a la guerra entre Inglaterra y Francia, así como sus respectivos aliados.
Este «Tratado de Amiens» puso fin a la «Segunda Coalición», esfuerzo coordinado entre varias monarquías para intentar reprimir los efectos de la Revolución Francesa pero, asimismo, dejó algunas cuestiones importantes sin solucionar, como la hegemonía marítima entre Francia e Inglaterra, lo que provocó que las tensiones no cesaran, ya que las monarquías tenían mucho que perder, por lo que este Tratado tan sólo consiguió una tregua breve, de un año, tras la cual Inglaterra organizaría la «Tercera Coalición», declarando de nuevo la guerra a la Primera República Francesa, en 1803, tras la llegada al poder de William Pitt (el joven).
El «Tratado de Amiens» constaba de un total de veintidós (22) disposiciones y contó con la firma de ocho representantes de los países implicados entre los que se contaban, Charles Cornwallis por parte del Reino Unido, José Bonaparte por la República Francesa, José Nicolás de Azara, consejero de Estado del Reino de España y Roger Jean Schimmelpenninck, embajador de la República Bátava (territorio holandés satélite de los franceses), además de representaciones de Portugal y Turquía, con el fin de vigilar sus respectivos intereses.
Una de las disposiciones de este Tratado, en el que se confirmaba la «paz, amistad y buena inteligencia» entre las partes firmantes, consistió en la restitución, por parte de Inglaterra, de todas las conquistas hechas a Francia y sus países aliados, con la excepción de Ceilán (Sri Lanka) y la isla de Trinidad y Tobago, que continuaron bajo dominio inglés. La isla de Elba fue cedida a Francia y la isla de Menorca fue devuelta a España.
La isla de Menorca había sido invadida por Inglaterra en 1708, durante la Guerra de Sucesión, al igual que Gibraltar, y permaneció en manos inglesas hasta 1756, momento en que fue conquistada por Francia.
Inglaterra aprovechó sus años de dominio para convertir Menorca en una pujante base de contrabando además de un baluarte fundamental para sus fuerzas navales. Tras un breve período de dominio francés, de 1756 a 1763, la isla volvió a ser ocupada por Inglaterra hasta que una flota hispano-francesa, formada por 52 navíos y fuerzas de infantería de marina españolas, la recuperó en 1782. Con este motivo, el monarca español Carlos III instituyó la festividad de la Pascua Militar, el 6 de enero, con la finalidad de que sus virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares reuniesen a las guarniciones, en la fiesta de la Epifanía, y notificasen, en su nombre, su felicitación a los jefes y oficiales de los Ejércitos.
Pero no fue éste el último episodio de invasión ya que Inglaterra aprovechó las guerras contra la Francia revolucionaria para hacerse, una vez más, con Menorca en 1798.
El «Tratado de Amiens» dio por finalizado este largo período, de casi un siglo, en que la isla de Menorca, plaza fuerte en el Mediterráneo y objeto codiciado por las potencias del momento que sucesivamente ejercieron su dominio sobre ella, fue al fin devuelta a España y ya nunca más se pondría en cuestión la soberanía española sobre la isla.
José Emilio Roldán Pascual