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Finalizado el siglo XIX con la derrota española ante los EE. UU. en Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898, el gobierno español ve una oportunidad para recuperar la moral del Ejército, de la Marina y de la nación en el Protectorado del Norte de Marruecos. Tras negociar con Francia, en 1912 ese territorio pasó bajo protección y tutela de España según las condiciones establecidas por Naciones Unidas. Mucho hizo España y bien.
A pesar de los avances, el Ejército tuvo que enfrenarse a Kabilas rebeldes y los muertos en combate recordaron los de la primera guerra contra Marruecos en 1859. Cincuenta años después en 1909 las hostilidades empezaron de nuevo en la llamada Guerra del Rif que complicó en 1912 el establecimiento del Protectorado.
A propuesta de Dámaso Berenguer, Teniente Coronel entonces, se crean el 30 de julio de 1911 las Fuerzas Regulares Indígenas, origen de las Unidades de Regulares actuales. Sin embargo esas Fuerzas fueron insuficientes para controlar el territorio y los nativos que las formaban no fueron del todo fiables, como demostró el desastre de Annual. La iniciativa de crear una Fuerza «colonial» no cuajó hasta el 20 de julio de 1920, fecha en la que el Estado Mayor Central recibe la orden de crear una «unidad de voluntarios extranjeros» que junto a los regulares (nativos) integraran el ejército colonial sin soldados españoles. El modelo se basaba en el de la Legión Extranjera francesa.
La unidad no acababa de cuajar hasta que el Teniente Coronel Millán Terreros, luego Millán Astray, consiguió que se le comisionase a Argelia para estudiar sobre el terreno la Legión Extranjera francesa. El informe que presentó a su vuelta fue tan relevante que el ministro del Ejército presentó el Real Decreto de creación del Tercio de Extranjeros el 28 de enero de 1920, fecha de esta efeméride. Sin embargo la organización de la unidad se encontró con la oposición de otros militares, de la prensa, de la opinión pública, de los Regulares e incluso del influyente General Silvestre.
Esa situación de parálisis se desbloquea en una Conferencia de Millán Terreros impartida en el Centro Cultural de los Ejércitos en Madrid sobre el Tercio de Extranjeros a la que asisten personajes influyentes como el Luis de Marichalar, Ministro de la Guerra, que convencido presenta el 23 de agosto de 1920 al Consejo de Ministros un Real Decreto con medidas concretas y económicas para la organización del Tercio de Extranjeros. El 3 de septiembre se concede el mando del Tercio a Millán Terreros y el 4 de ese mes se publica la Circular sobre su organización, creándose en Ceuta el Cuartel General del Tercio de Extranjeros. El 20 de septiembre de 1920 se alista el primer legionario que murió en combate en el desembarco de Alhucemas y de ahí que en esa fecha se celebre cada año el aniversario de su creación. El 20 de septiembre pasado se celebró el primer Centenario de la Legión.
Millán Astray estuvo destinado en Filipinas y pudo estudiar el código Bushido (el camino del guerrero) que cumplían fielmente los Samuráis (el que sirve a su señor), código que inspira el espíritu de la Legión y que Calderón de la Barca supo plasmar en 1650 en su famoso verso cuyas últimas estrofas se pueden leer en todas las Bases Militares: «Aquí la más principal hazaña es obedecer, y el modo como ha de ser, es ni pedir ni rehusar….».