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El año 1939 es especialmente significativo en lo que respecta a la historia española al alcanzarse, en el mismo, el final de la Guerra Civil Española (1 de abril) y producirse la creación del Ejército del Aire (7 de octubre).
El nacimiento del Ejército del Aire fue la lógica consecuencia de los éxitos logrados en las diferentes campañas aéreas y de la evolución tecnológica alcanzada por las aeronaves en los treinta seis años de su existencia (habiéndose realizado el primer vuelo el 17 de diciembre de 1903).
Como toda organización perteneciente a las Fuerzas Armadas, pronto se sintió la necesidad de identificarla mediante un emblema y un himno que la ensalzara y en cuyo honor se interpretara en actos públicos; para el primero fue adoptado el que había sido aprobado para la Aviación Militar Española por Real Orden Circular de abril de 1913, diseñado por la infanta Dña. Beatriz, esposa de Don Alfonso de Orleans y Borbón, consistente en dos alas de plata unidas por un disco rojo y orladas por la corona real; el himno tuvo que esperar 28 años después de la creación para ver la luz.
Este himno fue aprobado por Orden Ministerial número 2320/67, de 10 de octubre de 1967, e interpretado por primera vez en público, el 10 de diciembre de este año, por la Banda y Coros de la Región Aérea Central, siendo el autor de su letra el escritor gaditano José María Pemán y de los arreglos musicales el compositor coruñés Ricardo Dorado Janeiro.
Don Ricardo Dorado Janeiro nació en la Coruña el día 22 de febrero de 1907, siendo, pues, de la misma quinta que el actor estadounidense John Wayne, la pintora mexicana Frida Kahlo y la carmelita portuguesa Lucía de Jesús Rosa dos Santos, quien, junto a sus dos primos, dijo haber visto a la Virgen María en la Cova da Iria.
Este prestigioso compositor comenzó a estudiar música en La Coruña, desde donde se traslada a Madrid para ser músico militar, formando parte del Cuerpo de Directores Militares en unos años en que esto era suficiente garantía de una buena formación musical. Estuvo destinado en el Regimiento Zamora nº 8 y en el Regimiento de Infantería nº 1 «Inmemorial del Rey», habiendo estudiado con maestros de la talla de Joaquín Turina y Manuel de Falla. Compaginó la dirección musical con la enseñanza, en la que numerosos músicos y directores destacaron el papel desempeñado en su formación.
Su obra musical es profusa y variada, cultivando principalmente la música para banda creando, entre otras piezas, numerosos pasodobles (Lucerito de Triana, Fiesta en Sevilla), piezas de folclore (Granada cañí, La gitanilla, Homenaje a Manolete), música para revistas (Todo para las mujeres, Historia de la Fiesta) y, sobre todo, composiciones para el Ejército (Himno del Ejército del Aire, San Marcial, San Quintín, Proa a la Mar, La Orgía Dorada, Los Paracaidistas). Como puede comprobarse, el maestro Dorado cumplía lo confirmado por Albert Einstein en el sentido de que «La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado mientras que la imaginación abarca al mundo entero»; e imaginación no le faltó a este extraordinario compositor.
A los ochenta y un años, Ricardo Dorado Janeiro fallece en Madrid el 28 de octubre de 1988.
Sección de Arte Militar