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En la batalla de Tetuán el día 4 de febrero de 1860, al llegar nuestras tropas a 1.700 metros de las posiciones enemigas, salió al frente la artillería y con una brillante actuación, tanto el 3er Regimiento montado, como las tres baterías del Regimiento a Caballo de Artillería, como el resto de la Artillería del II y III Cuerpos de Ejército. Desplegando al frente para batir las posiciones de los moros, haciendo fuego por escalones, bajo la protección de fuertes guerrillas hasta establecerse a 400 metros del enemigo, cañoneando las trincheras marroquíes destrozando los reductos del adversario y preparando el asalto, arrojándose en breve tiempo 3.000 proyectiles. Mientras avanzaban nuestras tropas sin disparar un solo disparo. El III Cuerpo continuó su progresión, por el recodo del rio Martín, la artillería produjo la voladura del repuesto de pólvora del enemigo, tras la cual se dio orden de ataque a la bayoneta a las diversas unidades de ambos Cuerpos Ejército. Destacándose los Voluntarios Catalanes, que fueron los primeros en combatir con el enemigo, y el General Prim a la cabeza son los primeros en entra por el portillo en el campo de Hamed, perdiendo entre otros a su comandante, también los batallones del Saboya, Alba de Tormes, Chiclana, 1º de León y los de Córdoba entre otros. La contribución de la artillería a la victoria fue decisiva.
En la ciudad se encontraban 146 piezas de Artillería. Con el bronce de estos cañones se fundieron, más tarde, los dos leones que protegen simbólicamente la entrada del Palacio de las Cortes Españolas. Para los leones hubo tres proyectos, los dos primeros fueron retirados por la baja calidad y la poca acogida de la gente, por fin el tercero recae el proyecto en el escultor Ponciano Ponzano, siendo fundidos en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla, con operarios de las Fábrica de Artillería de Trubia y de Sevilla, en el año 1865. Reciben los nombres de Daoíz y Velarde, en honor de los héroes del Levantamiento del Dos de Mayo. Y debido a la polémica generada por la procedencia de los materiales no fueron colocados en sus emplazamientos hasta 1872. Hoy dichos leones del Congreso de los Diputados han pasado a ser un icono de la ciudad de Madrid.