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5 DE DICIEMBRE DE 1703
La Gran Tormenta
El día 5 de diciembre de 1703, según los registros británicos, tuvo lugar la Gran Tormenta, que se desencadenó cerca de la costa de Inglaterra el 26 de noviembre, descargando toda su fuerza y arrasando durante quince días con todo lo que encontró a su paso.
Según consta parece ser la más violenta registrada en la historia del norte de Europa y no había precedentes registrados en cuanto a intensidad y duración con la que se desarrolló. La tormenta entró por el centro y sur de Inglaterra en un frente que abarcó unos 500 km de anchura y que, después de arrasar Gales y East Anglia, entró en el mar del Norte, los Países Bajos, Dinamarca y el norte de Alemania. En esos países se informaron de un número elevado de tornados nunca vistos. Todo ello equivalente a un huracán de fuerza 2, según los parámetros actuales.
El periodista y escritor británico Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe, escribió que fue «la más terrible tormenta que haya visto el mundo». Se hundieron muchos barcos de las flotas de guerra, sobre todo las neerlandesas y británicas, con centenares de ahogados. En muchos lugares se produjeron marejadas ciclónicas de gran altura y las inundaciones generadas ahogaron a un número indeterminado de personas estimadas en más de 10.000. Solo en Londres se destruyeron unas 2000 chimeneas grandes y casi 500 molinos de viento. Las inundaciones en Somerset y Bristol provocaron que un barco apareciera 25 km tierra adentro y se contaran numerosos ahogados.
La tormenta encontró a su paso la flota inglesa, que regresaba de la Guerra de Sucesión española, hundiendo un gran número de barcos y causando muchas víctimas. Según Defoe fue un castigo divino por su mala actuación contra las flotas y ejércitos católicos. Poco después, en 1709, tuvo lugar el conocido como gran invierno en Inglaterra y Francia con temperaturas extremadamente bajas.
Como nos muestran los registros históricos, a principios del siglo XVIII se producían también fenómenos atmosféricos extraordinarios, como los que se sufren en el Mediterráneo de forma periódica y que hemos visto recientemente en nuestro Levante.
Luis Feliu Bernárdez