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El 5 de enero se conmemora el nacimiento del científico español, marino y humanista Jorge Juan y Santacilia, en Novelda (Alicante), en el año 1713, en el seno de una familia acomodada de la nobleza.
A los tres años quedó huérfano de padre, quedando bajo la tutela de su tío paterno Cipriano Juan, caballero de la Orden de Malta, quien asumió la tarea de su educación y propició su ingreso en dicha orden militar.
En 1729 solicita su ingreso en la Real Compañía de Guardias Marinas, escuela naval militar fundada por Patiño en 1717 en Cádiz, donde ingresa tras unos meses de espera por falta de vacantes. Tras participar, entre otras, en la campaña de Orán y navegar bajo la tutela de Blas de Lezo, se gradúa en 1734.
Entre 1735 y 1744 es comisionado por el rey Felipe V, junto con Antonio de Ulloa, para formar parte de la expedición organizada por la Real Academia de Ciencias de París para medir un grado del arco de meridiano terrestre en la línea ecuatorial, en Quito. El objeto de la expedición era determinar que la forma de la Tierra no es perfectamente esférica y medir su grado de achatamiento. El cálculo efectuado por Jorge Juan resultó el más aproximado de todos los de la expedición. Tomando como base esta medición, cincuenta años después, el metro pasó a ser definido como la nueva unidad de medida, y con ello el sistema métrico decimal fue adoptado universalmente.
Otra de las grandes contribuciones de Jorge Juan fue la de, junto al Marques de la Ensenada, tratar de modernizar el sistema de construcción naval y los astilleros españoles para conseguir remodelar la flota española. Para ello, en 1749, fue comisionado en misión secreta a Londres para tratar de conseguir información sobre los métodos de construcción naval allí empleados y tratar de conseguir técnicos navales dispuestos a crear escuela en España. A su vuelta, después de dieciocho meses, elaboró un plan de trabajo que se implantó en los astilleros españoles, organizando arsenales y construyendo diques en Ferrol y Cartagena.
En 1752 es nombrado director de la Academia de Guardia Marinas, procediendo a la renovación y modernización de las enseñanzas impartidas. Fundó el Observatorio Astronómico de Cádiz, como complemento a la formación de los guardias marinas. Durante estos años como director de la Academia desarrolló una serie de cálculos matemáticos y estudios con modelos para medir la resistencia de los buques y conseguir barcos más ligeros y veloces sin descuidar en ningún momento la seguridad y la resistencia.
En 1766, uno de los últimos encargos recibido fue el de actuar como embajador personal del Rey en Marruecos, donde desempeñó una importante labor económica y diplomática. Fruto de ello fue la firma del primer Tratado de Paz y Comercio que la Corona española establecía con un país africano, obteniéndose importantes concesiones en materia de pesca, libre comercio de mercancías y libre tránsito de súbditos. A su regreso a se encargó de la dirección del Real Seminario de Nobles, donde llevó a cabo una profunda renovación y saneamiento de la institución.
La caída en desgracia del Marques de la Ensenada, por intrigas políticas, acabó malogrando algunos de los proyectos de Jorge Juan, entre ellos el levantamiento del mapa de España y la creación en Madrid de una Academia Real de Ciencias, fundando en su lugar en su residencia gaditana, una tertulia que denominó Asamblea Amistosa Literaria. Incluso se llegaron a abandonar los nuevos métodos de construcción naval implantados para optar por los métodos franceses, lo que muchos consideran como una de las muchas causas de la posterior derrota en Trafalgar.
A pesar de ello, la figura de Jorge Juan gozó de gran prestigio y reconocimiento internacional y dejó un legado científico y humanista de indiscutible valor, plasmado en numerosas publicaciones.
El 21 de junio de 1773 fallecía prematuramente en Madrid a la edad de 60 años.