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El 7 de diciembre de 1949, Ángela Ruiz Robles presenta su primera solicitud de patente, publicada en fecha 16 de enero de 1950, con el número 190.698, bajo el título «Procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros», considerado como el precursor del actual libro electrónico.
Ángela Ruiz Robles, conocida cariñosamente como doña Angelita, nació el 28 de marzo de 1895 en Villamanin (León) en el seno de una familia acomodada. Guiada por una clara vocación por la enseñanza, realizó estudios superiores en la Escuela de Maestras de León, donde al finalizar impartió sus primeras clases sobre taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil. El 16 de abril de 1917, por acuerdo unánime de la Junta Municipal del Ayuntamiento, fue nombrada maestra y directora de la escuela de La Pola de Gordón, León. Un año más tarde aprobó las oposiciones de magisterio pasando a ocupar una plaza en la parroquia de Santa Uxia de Mandía, cerca de Ferrol.
En 1928 se traslada definitivamente a Ferrol donde continuó desarrollando su carrera dedicada a la docencia y a la pedagogía, ocupando distintos puestos. Así, en septiembre de 1934 fue nombrada gerente de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio de Ferrol, y en 1945 consiguió un destino en el Instituto Ibáñez Martín, llegando a ser directora, puesto que ocupó hasta su jubilación.
Su entrega y dedicación a la enseñanza, le llevó a impartir clases nocturnas de forma desinteresada para instruir a jóvenes trabajadores que lo necesitaban, llegando incluso a fundar su propia academia para ayudar a aquellos que se habían quedado sin trabajo durante la posguerra, con el fin de prepararles profesionalmente o para presentarse a exámenes de oposición o de ingreso en escuelas superiores.
Tenía una visión crítica de los métodos de enseñanza del momento, que consideraba anclados en la Edad Media. Rechazaba el aprendizaje memorístico y abogaba por la enseñanza de los idiomas desde la infancia. Era partidaria de incorporar nuevos métodos y tecnologías a la enseñanza, lo que le llevó a escribir hasta un total de 16 libros sobre diversas materias y a desarrollar en paralelo una importante carrera científica e investigadora con el fin de mejorarla.
En esta faceta de inventora, realizó varios proyectos, como el Atlas Científico-Gramatical, con la finalidad de dar a conocer España con gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética; y la «maquina taquimecanográfica», que permitía implementar, de una forma muy intuitiva y en varios idiomas, su nuevo método de taquigrafía.
Pero sin lugar a dudas, su proyecto estrella fue el del Libro Mecánico cuya patente presentó en 1949. Su objetivo era conseguir que la enseñanza fuera más intuitiva y amena, adaptando el libro convencional a las nuevas tecnologías que iban apareciendo como era la electricidad y el plexiglás. Cada lección estaba situada en una lámina independiente que a través de un pulsador se elevaba y se presentaba al alumno a través de una pantalla transparente, con posibilidad de iluminación desde el interior.
En 1962, presentó una nueva patente, con el número 276.346, bajo el título «Un aparato para lecturas y ejercicios diversos», resultado de muchos años de trabajo y evolución de su libro mecánico. Se trataba de una verdadera enciclopedia mecánica que permitía la lectura de diversos temas, prácticamente sin limitación, y la realización de ejercicios diversos de orden pedagógico o de otra naturaleza, según reza en la propia memoria. Constaba de una serie de bobinas, de accionamiento mecánico, donde se colocaban los libros que se querían leer, en cualquier idioma y con posibilidad de hacer zoom.
Se construyó un prototipo en el Parque de Artillería de Ferrol, cuyos trabajos fueron dirigidos por ella misma, pero desgraciadamente no llegó a comercializarse por falta de apoyo y por el coste de producción.
Por todos Ángela Ruiz Robles es considerada la primera mujer inventora de España y precursora el actual libro electrónico, lo que la llevo a recibir números premios y condecoraciones entre las que destaca la Cruz de Alfonso X el Sabio en reconocimiento a su carrera profesional.
Jesús Manrique Braojos