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La batalla de Otumba en 1520 es uno de los eventos más importantes y menos cubierto en la historia de Latinoamérica ya que dicho evento causó directamente la caída del imperio azteca.
La batalla ocurrió en el marco de la Conquista de México alrededor del 8 de julio de 1520 y en la misma se confrontaron fuerzas mexicas encabezadas por Cihuacóatl Matlatzincátzin y las de Hernán Cortés compuestas por tropas españolas y sus aliados tlaxcaltecas.
Otumba fue la última oportunidad que tuvieron los mexicas para derrotar al ejército español; sin embargo, eso no ocurrió y las fuerzas de Cortés obtuvieron la victoria, aunque contaban con extrema inferioridad numérica.
La batalla aconteció una semana después del episodio conocido como la Noche Triste, donde Cortés, su ejército español y sus aliados nativos habían sido expulsados de la capital azteca de Tenochtitlan habiendo perdido más de la mitad de sus hombres al igual que gran parte de su artillería, arcabuces y caballos. A pesar de esto, Cortés logró huir hasta los llanos de Otumba donde fue rodeado por un gran contingente de guerreros mexicas y de otros poblados.
Estando rodeado, Cortés reunió a su grupo más selecto de soldados para motivarlos y aunque estaban en gran desventaja numérica, logró convencerlos de que para ganar la batalla había que atacar y primero matar a los líderes aztecas.
La caballería castellana fue la clave de la batalla ya que los aztecas nunca se habían enfrentado a un ataque de tropas montadas y entraron en pánico al ver el avance de las mismas. Mientras esto ocurría, Cortés pudo divisar a lo lejos a Ciuacóatl, el caudillo de los mexicas, y sin perder tiempo realizó una carga en conjunto con otros jinetes españoles contra el líder azteca logrando matarlo.
Los guerreros mexicas al ver a su caudillo muerto, rompieron filas y comenzaron a combatir desorganizadamente lo cual combinado con la superioridad tecnológico-armamentística de los españoles produjo la victoria para estos últimos.
Como resultado de esta victoria, las fuerzas de Cortés pudieron alcanzar el refugio de Tlaxcala donde se reagruparon y reforzaron para realizar un eventual contraataque en lo profundo de territorio azteca que resultó en la caída de Tenochtitlan y la fundación de la Nueva España.
Fernando Fernández