Busque en el archivo de publicaciones o dentro de este sitio web
El 9 de enero se conmemora el primer vuelo con éxito del autogiro de Juan de la Cierva, en el aeródromo de Getafe, en el año 1923.
Juan de la Cierva, que nació en Murcia el 21 de septiembre de 1895, sintió desde muy joven un gran interés por la aeronáutica y por los principios que rigen la sustentación de los aviones. Realizó los estudios de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, y aunque nunca llegó a ejercer como tal, le aportaron la base matemática y de cálculo suficiente para continuar con su verdadera vocación, la aeronáutica.
Su proyecto fin de carrera consistió en el diseño de un biplano trimotor que fue el primero construido en España. La presentación se llevó a cabo en el aeródromo de Cuatro Vientos y debido a un fallo humano del piloto acabó estrellándose.
Este y otros muchos accidentes que venían produciéndose sembraron en Juan de la Cierva la inquietud por mejorar la seguridad de los aviones en los momentos críticos del despegue y aterrizaje, en donde la entrada en perdida por baja velocidad suponía un gran riesgo.
Entre muchos de sus diseños destaca el prototipo construido en el año 1920, bautizado como “Cierva C-1”, que sería el que le lanzaría a la fama internacional. Fue patentado en España con el número de patente ES 74.322 y publicada en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial (BOPI) del 1 de octubre de ese mismo año. Sin embargo, no fue hasta el cuarto prototipo, el C-4, donde pudo superar las dificultades técnicas y conseguir realizar con éxito el primer vuelo, un salto de 183 metros que demostraba la validez conceptual del diseño.
Las pruebas tuvieron lugar en Getafe el 9 de enero de 1923, certificadas oficialmente por el Laboratorio Aeronáutico de Cuatro Vientos creado por Emilio Herrera. Después continuaron, ahora ya con el apoyo institucional, a través de la Aviación Militar Española, hasta culminar con un vuelo entre ambos aeródromos.
Acababa de nacer el autogiróptero, nombre con el que se le denominó inicialmente y que después se abrevió como autogiro, quedando registrada la marca con el número 49.038 y publicada en BOPI del 1 de abril de 1923.
El concepto del autogiro, vigente hasta la actualidad, se basa en un sistema de autorrotación con palas articuladas unidas a un rotor vertical que garantiza el vuelo aun cuando la velocidad es muy baja. Este principio es el que después se utilizaría con éxito en el desarrollo del helicóptero.
Juan de la Cierva fallecía prematuramente en un accidente de aviación en el aeropuerto británico de Croydon, el 9 de diciembre de 1936. Su legado es indiscutible y de reconocimiento universal, suponiendo un importante impulso al conocimiento y desarrollo de la aviación.