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La relevancia del poder aeroespacial frente a la amenaza híbrida
José María Martínez Cortés Coronel del Ejército del Aire Colaborador de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares Sección de Futuro de las Operaciones Militares
La aplicación con éxito de la necesaria estrategia integral para afrontar la gestión de conflictos precisa de una respuesta basada en la sinergia de las acciones disponibles. Sin embargo, para ello no sólo es necesario un perfecto entendimiento y buena coordinación en lo político-militar, sino también una correcta comprensión sobre las amenazas y sobre la naturaleza y dinámica de los conflictos armados. El elevado número de factores que ejercen influencia sobre el Estado y sus relaciones con la sociedad civil y sobre el adversario, al aplicar sobre él los diferentes instrumentos de poder, convierte a la actividad vinculada con la gestión de conflictos en tremendamente dinámica.
La proliferación de amenazas, sobre todo, no convencionales y de estrategias más allá de la forma tradicional de actuación incrementarán el nivel de riesgo e incertidumbre y suponen un desafío para las Fuerzas Armadas y para el poder aeroespacial, en particular por las consecuencias que ello trae consigo en lo operativo. La combinación en los escenarios operativos de amenaza híbrida con el incremento en el empleo de dominios “virtuales” y con la dificultad de acceso y libertad de movimiento puede modificar potencialmente el ambiente permisivo tradicional convirtiéndolo en lo que actualmente denominamos como “entornos disputados y/o degradados”. En ellos deberán ejecutarse las operaciones militares y las aeroespaciales por extensión. A pesar de ello, el poder aeroespacial seguirá constituyendo un instrumento de primera elección para preservar la paz, gestionar y conducir las crisis, o bien para aplicar la respuesta adecuada cuando sea necesario.
