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Rusia y las repúblicas separatistas del este de Ucrania
Ignacio Fuente Cobo
Academia de las Ciencias y las Artes Militares
La relación entre Rusia y las repúblicas separatistas del Donbás ha sido siempre un tema tan controvertido, como evidente. El derrocamiento del presidente pro ruso Viktor Yanukovych en 2014 y la preferencia europea del nuevo gobierno ucraniano, fue considerado por Rusia como una amenaza vital para su seguridad.
Por ello, desde el primer momento, el gobierno de Moscú alentó el movimiento separatista en la región oriental del Donbás, cuyos partidarios abrigaban la esperanza de que Rusia hiciera en el este de Ucrania, lo mismo que había hecho con la península del Mar Negro. Durante los años siguientes, y hasta la invasión de febrero de 2022, la estrategia rusa consistió en mantener Ucrania, cuyo liderazgo se estaba volviendo cada vez más prooccidental, en una situación de permanente inestabilidad, en espera de que se produjeron las condiciones favorables para devolverla al redil ruso.
Las fuerzas separatistas del Donbás fueron la herramienta utilizada por Moscú para crear un estado de confrontación militar de baja intensidad, asumiendo que la débil economía ucraniana no podría mantenerlo en el largo plazo, lo que facilitaría el éxito de su estrategia. La negativa rusa durante estos años de guerra de baja intensidad de retirar, aunque fuera silenciosamente, su apoyo en personal y material a los separatistas del Donbás, sería la mejor pruebe de su falta de voluntad para resolver el conflicto. En este sentido, la invasión de Ucrania por parte del ejército regular ruso no ha hecho más que complicar la situación, introduciendo numerosos interrogantes sobre el futuro del apoyo a los separatistas, aunque cabe suponer que ello dependerá del desenlace de la guerra.